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jueves, 17 de octubre de 2013

miércoles, 16 de octubre de 2013

Desconfianza en líderes hondureños

Por: Edgardo Rodríguez Tienen razón los estadounidenses… el país ha caído en manos de autoridades poco capaces, con ambivalentes valores éticos y morales, con un bajo nivel de compromiso patriótico para realizar las tareas difíciles que exigen los principales problemas que nos aquejan, entre ellos el tema de la seguridad. En la ciudad de Washington acabo de tener la oportunidad de interactuar con importantes autoridades, de distintas dependencias, del gobierno de los Estados Unidos, vinculadas al tema de la defensa y seguridad; escuchando sus comentarios sobre la situación delincuencial en Honduras he confirmado muchas de las cosas que aquí se sospecha. Una de la más importantes es que los americanos desconfían de la ética y transparencia de gran parte de los líderes del país, entiéndase principales figuras del gobierno, extensivo a varios de los que dirigen los viejos y nuevos partidos políticos.En las altas esferas de Estados Unidos se sabe hasta el más mínimo detalle de lo que ocurre en Honduras, su desconfianza provoca cierto distanciamiento, que es percibido por muchos hondureños como que ellos no están contribuyendo con suficiente vigor en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. Esa es la razón por la, que año con año, el presupuesto de seguridad del país se ha incrementado para el combate a la inseguridad, que se ha convertido en la principal preocupación ciudadana. En las conversaciones sostenidas el mensaje es que a las autoridades norteamericanas les preocupa mucho la situación del país, si están cooperando y lo seguirán haciendo, sin embargo, esa reserva en los líderes gubernamentales y políticos impide que ese apoyo sea mayor.Para muestra de esa desconfianza en la capacidad y sinceridad con la que actúan nuestras autoridades es avalada, por ejemplo, en la denuncia de filtración de información en la incautación de bienes y cuentas bancarias a los llamados Los Cachiros. Esta fue una operación planeada durante dos años, con apoyo externo, pero que tuvo limitados resultados porque las máximas autoridades de las instituciones involucradas han sido incapaces, no se sabe por qué motivo, de garantizar la absoluta discreción y secretividad que se exige en este tipo de acciones.Lamentablemente, tienen razón los norteamericanos, en las últimas administraciones el país ha caído en manos de autoridades poco capaces, con ambivalentes valores éticos y morales, con un bajo nivel de compromiso patriótico para realizar las tareas difíciles que exigen los principales problemas que nos aquejan, entre ellos el tema de la seguridad. Este grave problema de liderazgo auténtico y comprometido es lo que no nos permite pedir cooperación a los países amigos, o quejarnos del supuesto bajo compromiso de ellos. Para pedir más cooperación externa los hondureños y sus autoridades, estamos obligados a esforzarnos mucho más para realizar con contundencia y eficacia las tareas que nos corresponden, sino lo hacemos bien, con transparencia, no tenemos por qué quejarnos.El caso de Honduras se ha convertido en ejemplo negativo a nivel latinoamericano, por ser un país acosado por el crimen organizado y narcotráfico, con autoridades muy vulnerables al soborno, situación que ha facilitado la pérdida del control de la seguridad nacional. Contrario a lo ocurrido en Colombia, donde después de años de vivir en zozobra por la narcoguerrilla surgió el liderazgo del expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien asumió el reto de enfrentar la inseguridad y con su ejemplo alineó a todas las autoridades e instituciones bajo un compromiso patriótico para rescatar a su país, hasta lograrlo. Ese compromiso interno posibilitó que el gobierno de los Estados Unidos se volcara en su apoyo con el llamado “Plan Colombia”; nunca será al revés, como pretendemos los hondureños.Es común escuchar a algunas personas decir “a los norteamericanos ya no les interesa América Latina”, porque ellos están más centrados en combatir el terrorismo islámico y sus problemas domésticos, esto en parte es verdad, sin embargo, en un pasillo del War Collage pude leer un rótulo que dice: “Este es el mapa de los intereses estratégicos de los Estados Unidos”, y es un mapa de todo el mundo. Los estadounidenses tienen muy claro que la guerra fría terminó, ellos ya no van a decirnos lo que debemos hacer, ni desembolsarán recursos ilimitadamente, ayudarán con firmeza a los que demuestren compromiso de país y honradez en el manejo de la cooperación, de lo contrario se mantendrán a distancia prudente, como el caso de Honduras.